"...el dictador se percibe de buena gana como un artista. Y no sólo por el hecho de que personas como Stalin o Trotski hayan publicado versos en pequeñas colecciones de juventud, que Hitler se hubiera creído pintor y sobre todo arquitecto, que Mussolini, cercano a Marinetti, hubiera participado a su modo en el futurismo. Más profunda es la atracción que experimentan estos dictadores por la idea que se había impuesto en relación con el arte, con la naturaleza del arte, según la cual era posible hacer tabula rasa con el pasado y construir algo completamente nuevo que sería mucho mejor, que no tendría que mantener los compromisos que habían señalado la creatividad a lo largo de los siglos".
Entrevista con Tsvetan Todorov realizada por Pascal Hunh (título original: "L'art sous surveillance", publicado en Cité musiques, núm. 64, 2010, septiembre-diciembre, p. 79.). Publicado en Contraindicaciones (originalmente en Esfera Pública). Traducción de Carlos Barreiro Ortiz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario